CADÁVER DE NADIE
En un pequeño pueblo ubicado justo en la frontera entre dos provincias, donde el paso del tiempo parecía detenerse entre los verdes campos y las antiguas casas asentadas en barro. El arroyo que solía fluir a través del valle alimentaba la vida de los habitantes de ambos lados, pero una sequía implacable lo había convertido en poco más que un lecho de piedra seca y polvorienta. La sed azoto a sus cultivos y animales, el mal pasar se instaló sin fecha de partida. Una mañana, cuando el sol apenas comenzaba a iluminar el horizonte, los primeros rayos de luz revelaron un macabro descubrimiento en el lecho del arroyo: el cuerpo de un hombre yacía inerte, su piel pálida contrastando con el tono áspero de las rocas. La noticia se extendió como un reguero de pólvora por los lados de la frontera, y pronto llegaron las autoridades de las provincias para investigar. El cadáver había sido descubierto justo en el punto donde un antiguo puente de madera, que alguna vez conectaba las dos par...